Opinión y crítica sobre "Bilbao Paso a Paso"

Opinión y crítica sobre "Bilbao Paso a Paso"

05, Aug Tiempo de lectura: 8 minuto(s)

He tenido que hacerlo: dar mi opinión y crítica sobre la nefasta empresa de organización de eventos llamada Bilbao Paso a Paso, liderada por Miren Garbiñe Naverán. Y explico por qué. En este mundillo del espectáculo hay ocasiones en las que uno tropieza de frente con las peores circunstancias, calamidades o, en este caso, con la peor gente para hacer su labor. No muy lejos del habitual mundo laboral de producciones y obras fijas ─que conocemos los músicos y artistas en general─ existe otro paralelo: el de los bolos y eventos, más o menos bien pagados. Da igual que seas músico, monologuista o trapecista, tarde o temprano llamarán a tu puerta. Tal vez haya suerte y sean entornos agradables y merecedores de elogio los que requieren de tu trabajo. Pero más de una vez te darás de bruces con entornos hostiles, de verdadera falta de profesionalidad, escasa calidad humana y dudosa integridad moral que pondrán a prueba tu resistencia personal y profesional.

Lidiar con esto es una de las experiencias más desagradables y a la vez necesarias de la vida laboral de un artista. Puede pasarte con cualquier contrato, no solo en el mundo de la música y el arte, cierto es. Pero de la misma manera que tenemos que hablar de lo maravilloso que pueda ser un cliente, un productor o una compañía, hay que advertir que no todo son caminos de rosas y que la mala gente campa a sus anchas. Y es cuestión de tiempo que acabes cruzando tu camino con el suyo.

Bilbao Paso a Paso, una empresa horrible de organización de eventos.

Una de esas lamentables ocasiones, bastante desmoralizante e indignante, tuvo lugar durante la preparación y ejecución de un evento para Liberty Seguros ─cliente final─ a través de Bilbao Paso a Paso, empresa dedicada a la celebración y organización de eventos. Liberty Seguros realiza anualmente un festival para empleados.

De esto ya hace años y parece algo prescrito. Pero siempre me quedé con ganas de exponer públicamente el caso y dar a conocer la clase de personas que trabajan detrás de Bilbao Paso a Paso. Un resumen: lo peor de lo peor. Sobre todo porque, en su momento, la dueña del tinglado, Miren Naverán, dio a entender que varios de los artistas contratados para llevar a cabo el evento ─entre los que me incluyo─ no hiciera bien su trabajo, y fueron amenazados incluso con no pagárseles el importe acordado. Por eso escribo este artículo, para aclarar los detalles de tal contratación y evento.

Cronología del desastre

A principios de Enero de 2014 se me comunicó la posibilidad de participar en un evento en Torreloizaga como pianista, el cual acepté sin mayores incidencias. El evento fue fijado para el 26 de Febrero de 2014, en Galdames (Bizkaia), en el conocido museo de coches antiguos del palacio y sus hangares, desde las 21:00h. Incluía una cena para invitados, casi todos ellos trabajadores y comerciales de Liberty Seguros. El coordinador de todos los contratados, artistas y figurantes fue Xavier Xalabardé: un actor con muy poca experiencia en dirección artística y técnica. En sus manos nada fue como lo esperado: ni la preparación, ni los ensayos, ni la comunicación. Absolutamente nada.

El 29 de Enero de 2014, un mes antes, se nos agregó a todos a un grupo de Whatsapp creado al efecto para este evento, donde además se fijó una primera reunión en el Hotel Hesperia de Bilbao, reunión a la que no pude asistir por estar en Madrid actuando en un musical. En dicha reunión se explica que cada uno de los contratados tiene un personaje asignado, y por ende una canción relacionada con su personaje, su película u obra. Más tarde, el día 6 de Febrero de 2014, se decidió que habría varias actuaciones donde participaría cada personaje con su canción, o un extracto de la misma, de forma consecutiva y en formato de número musical. También se tenía que incluir una coreografía sencilla para cada número.

Todo empieza a torcerse en los primeros ensayos. El director no tiene ni idea de absolutamente nada y genera una desconfianza inusitada para este tipo de eventos. Solicité un piano acústico para actuar el día del evento ─aunque estoy acostumbrado a llevar el mío propio, obviamente digital─. Otros compañeros piden un taxi grande para llevar todo el atrezzo. Nos dicen a todo que sí. No son peticiones descabelladas. Y presentimos por la falta de información que algo iba mal. "Bueno, saldremos adelante", te dices a ti mismo.

Paso a paso hacia el abismo

Los días previos empezaron los problemas serios. No se iba a proporcionar piano, ni transporte alguno. No era lo acordado. Así que la tensión fue en aumento. Tras haber hecho patente mi desacuerdo, la propietaria o socia ─o lo que sea─ de la empresa Bilbao Paso a Paso, Miren Garbiñe Naverán, hace una llamada a mi móvil y con la actitud más agresiva y desagradable que uno pueda imaginar arremete contra mí acusándome, literalmente, de ser una estrellita. Y que de transporte y piano nos olvidemos. No puedo relatar la tensión de la llamada, iba en tranvía y quedé en shock. Inclusó levanté la voz más de lo debido por la frustración e incredulidad, frente a la mirada de otros viajeros. Un trato lamentable, de los peores que se me ha dado como persona en mucho tiempo.

Estuve a punto de cancelar. Nadie merece ser humillado en su trabajo, sea cual sea. Lo hablé con mis compañeros. Y tenía que haber cancelado. Pero me pudo el mantenerme firme y evitar que mis compañeros se quedaran también sin bolo y sueldo. Así que a regañadientes pensé: ─Llevamos un coche, cargamos el piano digital y todo saldrá bien. Pues no, aún no había sucedido lo peor. Siempre puede ir peor.

Llegó el día. 26 de Febrero por la tarde. Llegamos a Torreloizaga. Buscamos el lugar donde teníamos que pasar horas, más de cinco, antes del evento, y donde cambiarnos y tener nuestras cosas. Un evento de miles y miles de euros no tuvo el detalle de acomodar un lugar mínimamente decente para una decena de artistas. Nos colocaron en una nave industrial casi a temperatura ambiente (alrededor de 8° C), sin luz, sin baño, llena de coches viejos y trastos. Para aclimatar la estancia un señor de mantenimiento tuvo la genial idea de utilizar un calentador industrial de gasolina dentro de la nave sin ventilación alguna. Ideal para suicidarse con los gases de combustión ─sarcasmo─. Era como estar viviendo una pesadilla.

La hora del evento. Peor imposible.

Nada mejoraba. Todo el evento en sí era un desastre. Fue tarde y mal. Llevamos a cabo una caracterización en los pabellones de coches antiguos con una descoordinación absoluta, sin guión ni escaleta. El evento salió terriblemente mal, con un retraso de más de tres horas sobre lo previsto, tanto de inicio, como de cena, como del show de cierre. Estoy seguro de que los participantes se quejaron, y mucho. Tuvo que haber jefes descontentos. Las decisiones improvisadas de Xavier, el director, no hicieron más que empeorar la situación. Momentos previos a actuar hasta quise tener la garantía de que íbamos a cobrar. Ya dudaba hasta de eso.

Salimos cansados, cabreados y humillados, con la sensación de una mala jornada, y no por nuestra parte. La organización fue de lo peor que he visto en años. Ni en el pueblucho más subdesarrollado ni en la empresa más inexperta se hacen tan mal las cosas. Nueve horas de pie y ni agua se molestaron en darnos. Aparecieron dos almas del catering que nos llevaron botellines y pintxos de sobra que tuvimos que comer en el suelo ya alrededor de medianoche. Pero después este mal trago, las cosas aún podían ir a peor.

Conclusión: si pinta mal, suena mal y te tratan mal, aléjate del curro que te propongan. Siempre.

Casi un mes más tarde seguíamos sin cobrar. Miren Garbiñe Naverán argumentaba que habíamos hecho mal nuestro trabajo y literalmente "que ya vería si cobrábamos". Tuvimos incluso que pensar en asesoramiento legal. Era indecente que después del mal trato todavía intentaba cargarnos su nula profesionalidad. Absolutamente indecente. Quedó claro y es más que evidente que la responsabilidad primera de los serios problemas organizativos y de ejecución final fue de su director, Xavier Xalabardé, y que la responsabilidad superior como contratista de este evento corresponde a Bilbao Paso a Paso, que representa Miren Garbiñe. Aunque, siendo sinceros, eran tal para cual. Igualmente nocivos.

En lo que a mí respecta, se me contrató para el propósito de tocar el piano ─aunque acepté de buen grado realizar la caracterización como actor de un personaje─, pero en ningún caso para recibir escarnio por la penosa labor de terceras personas, y adicionalmente sufrir un menoscabo de mi persona sin razón y sin mediar buena voluntad, actitud por la cual aún, a fecha de este escrito, no he recibido ni la mínima disculpa. Por otra parte quiero creer que Liberty Seguros desconocía en absoluto estos detalles de contratación, y que actuaron de buena fe al contratar a esta empresa de eventos. Tienen el beneficio de la duda.

Como se suele decir, la verdad siempre y por delante, aunque duela. Ya vale de disparar al pianista. A veces va armado.

NOTA LEGAL: En este texto no hay intención de menospreciar la dignidad o integridad de ninguna de las personas jurídicas o físicas aludidas, sino que se expone en términos claros y directos la realidad de todo un proceso nefasto de contratación, con el fin de evitar malentendidos y opiniones malformadas. De todo lo relatado hay copia a buen recaudo, incluyendo fotografías y una conversación completa del grupo de Whatsapp, almacenada, que tuvo lugar desde el 29 de enero hasta el 27 de febrero de 2014. No sea que a alguien se le ocurra difamar.


Fotografía: Colección Torre Loizaga en Flickr Última edición: 18 de Junio de 2024

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